domingo, 3 de noviembre de 2013

La Compasión

Compasión significa compartir el dolor, identificarse con el sufrimiento ajeno, hacerlo propio. Pasión como acto de padecer: partir el dolor en dos. No sólo es meterme en tus zapatos, sino usarlos, andar con ellos aunque no sean de mi talla.
No quiere decir que debamos aceptar los motivos del que sufre, se trata de una reacción afectiva que se rehúsa a ser indiferente o insensible. La aceptación amorosa del sufrimiento no requiere de tanta explicación. De acuerdo con Buda es como si hirieran a alguien con una flecha envenenada y el sujeto herido no se dejara extraer la flecha hasta no saber con certeza quién disparó. El sufrimiento humano siempre es urgente y perentorio para quien lo padece y muchas veces “pensar correctamente” cuando el dolor está en su apogeo es imposible o incluso poco adaptativo.
La Compasión es más afectiva que cognitiva, más viceral que pensante. Schopenhauer se refería a la piedad como una “virtud afectiva”, el amor puro y destinado al prójimo; y Rousseau decía que “la piedad es un sentimiento natural que, al moderar en cada individuo la actividad del amor a sí mismo, concurre, en la conversación mutua de todas las especies”.
La Compasión, al igual que el amor, no se obliga. El altruismo que surge de la imposición es enclenque y mentiroso. La compasión es la energía básica de la cual se nutre el altruismo, es decir, la capacidad de ayudar a los demás sin otro motivo que querer hacer el bien, despojado de todo interés o intención de beneficiarse.
Simpatía y compasión pueden ser vistas como sinónimos. Es la ética del amor, el ágape que se contrapone a la crueldad e impide que el egoísmo eche raíces. Egoísmo: “Por el propio bien, interés o provecho por encima de los demás”. Indiferencia: desconocer las necesidades del otro, despreocupación esencial.
La responsabilidad del daño no es tanto del depredador como de la fragilidad de la víctima. En otras palabras: “¡Me aprovecho de los demás porque se lo merecen!”
Los psicólogos le llaman a esta forma de lidiar con la vida, en la que el más fuerte se impone al más débil, personalidad antisocial. La ley de la selva y la supervivencia del más apto, el ojo por ojo, la imposición de la fuerza como forma de vida: sobrevivir más que convivir.
Para la mentalidad psicopática, el atropello siempre está justificado. Fundamentar el abuso en supuestos atenuantes es confundir la explicación con la justificación, “justificar” implica la fundamentación ética de un comportamiento en relación con determinado código de conducta.
El error se disculpa, pero la maldad requiere un proceso mucho más complejo que la simple excusa: el perdón. Perdonar es recordar sin odio, es hacerle el duelo al rencor, por eso tiene que ver con el amor.

Ágape es la dimensión más elaborada del amor de pareja, aunque requiere de eros y philia para conformar una relación completa. El afecto se decanta con los años, recalca su esencia, subraya su naturaleza original: eros se calma y se transforma con erotismo, philia se profundiza y ágape toma la rienda.



Bibliografía 
Ama y no sufras. Walter Riso. 2003. Norma
Algunas personas piensan que compasión es igual a lastima, pero hay una linea fina entres esos dos conceptos, la compasión es el interés que una persona en ponerse en los zapatos del otro durante una relación es muy fácil exigir y pedir pero no es fácil el comprender a la otra persona muchas veces por ellos hay discusiones y peleas y por lo mismo que se llega pensar que la persona amada no pone suficiente atención, pero el punto es que ambas deben poner de su parte para lograr una buena comunicación y un buen desempeño en su vida, cada persona es forjadora de su propio destino aunque muchas de ellas se pasen justificando su agresión hacia otra con un simple es que me provocaron, en la actualidad hay muchas personas que se vuelven victimas de personas que no se pueden poner en zapatos de las demás sino que solo piensan en ellas mismas, como si fueran lo que solo importara, las personas se deben respetar tanto en su vida en pareja como personalmente es por ello que deben poner en balanza sus prioridades y sus necesidades.

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